El origen del poblamiento en Cambrils se remonta a época prehistórica. Pero no fue hasta la época romana cuando se intensificó especialmente la ocupación humana de Cambrils, tal y como lo demuestran los diferentes restos arqueológicos encontrados por todo el término como, por ejemplo, en la zona de La Llosa, favorecida por la proximidad con la capital Tárraco y por el paso de la Vía Augusta.

A partir del siglo XVIII se produce un crecimiento demográfico que se ve reflejado en Cambrils con la aparición de arrabales fuera del perímetro amurallado. A la vez, gracias también a la construcción en el siglo XVII de la Torre del Puerto o de los Moros, se empezó a ocupar el actual barrio del puerto de Cambrils. Durante siglos, la orilla del mar había sido un lugar muy peligroso para vivir debido a los constantes ataques piratas. A menudo, secuestraban o mataban a los pescadores u otra gente que no tenía tiempo de refugiarse dentro del recinto amurallado donde vivían. También los entonces pequeños núcleos medievales de Mas d'en Bisbe, Vilagrassa y Vilafortuny, este último con iglesia y castillo propio, sufrieron el embate de la piratería, hecho que fue decisivo para impedir un desarrollo de su población, situación que desembocó en la anexión, en el siglo XIX al municipio de Cambrils. Con el tiempo, y una vez pasado el peligro, las familias de pescadores y marineros fueron construyendo casas alrededor de la mencionada Torre del Puerto o de los Moros, lo cual fue el origen del barrio, que, siglos después, verá construir el puerto de refugio, finalizado a mediados del siglo XX y uno de los actuales lugares más identificativos de Cambrils.

A inicios de la década de los 60 se descubre y potencia nuestro municipio como destino turístico. Se inician las urbanizaciones que acogerán estos recién llegados, que vendrán a disfrutar básicamente del sol, la playa y la gastronomía de un pueblo abierto al Mediterráneo como es Cambrils.

Cambrils está considerada la capital gastronómica de la Costa Dorada, auténtica escuela de una cocina de calidad. Sus exquisitos y originales platos de pescado y marisco parten de unos ingredientes de calidad, pescado fresco y un magnífico aceite de oliva.

Si algo define a Cambrils es su oferta gastronómica, conocida en Europa. Una oferta caracterizada por su cocina marinera y la tradición de sus recetas. Esta cocina descansa sobre el conocimiento que merecen la originalidad y la exquisitez de sus platos y, sobre todo, la calidad de sus materias primas, todas originarias de nuestra población, los productos de la tierra, los productos del mar y un aceite exquisito para acabar de aliñarlo todo.

De este modo, Cambrils se ha convertido, partiendo de su innegable tradición marinera, en capital gastronómica de la Costa Dorada y auténtica escuela de restauración como lo demuestran los profesionales provenientes de la Escuela de Hotelería de la población.

Acompañando el placer de una buena cocina, en todos los restaurantes se ofrece una selecta carta de vinos y cavas que, unidos a una dulce pastelería, satisface los deseos de los buenos gourmets.

Fuente: www.cambrils-turismo.com